Egipto es un país milenario, con una historia que se remonta a miles de años de antigüedad, una arquitectura fascinante y una literatura basada en mitos y leyendas,
Durante el primer trimestre puedes conocer mejor la cultura y la literatura egipcias a través de la exposición de revistas y novelas que se encuentran a disposición de tu curiosidad.
¡TE ESPERAMOS, VEN!
Isis
y Osiris
De
los cuatro hijos de GEB y NUT, OSIRIS era el más sabio y también el
más querido por su labor como soberano de la tierra y los hombres, a
los que enseño las leyes y la agricultura.
Se
casó con su hermana ISIS y de su unión nació HORUS.
Otro
de los cuatro hermanos, SET, que odiaba a OSIRIS y envidiaba su
cargo, reunió algunos hombres y se puso manos a la obra. Tomó
medidas de su hermano mientras este dormía y ordenó hacer un
magnifico sarcófago que se ajustase a las medidas
tomadas.
Después,
en una gran fiesta a la que acudirían todos los dioses, SET mandó
sacar el sarcófago, que como él esperaba llenó a todos de
admiración por su belleza y buen gusto. Ofreció regalarlo a quien
por sus medidas le sirviera. El último en probarlo fue OSIRIS, y en
cuanto estuvo dentro del sarcófago, este fue cerrado, sellado y
tirado a las aguas del Nilo por los hombres de SET.
ISIS
aconsejada por TOT, dios de la sabiduría, dejó al pequeño HORUS en
Buto al cuidado de la diosa tutelar y emprendió camino hacia el
delta con el fin de ocultarse de SET y encontrar a OSIRIS.
Durante
su difícil camino, ISIS seguía cualquier pista que pudiese
conducirla hasta OSIRIS y así, más allá del Nilo, ya fuera de
Egipto, decidió hacerse pasar por criada en el palacio de Byblos con
la intención de encontrar un árbol muy especial del que había oído
hablar. Al fin lo descubrió, el sarcófago había sido llevado por
las aguas hasta una orilla en la que un pequeño árbol, al darse
cuenta de la divinidad del ocupante, comenzó a crecer para proteger
con sus ramas el preciado sarcófago. Y el rey de Byblos por su
parte, al descubrir tan esplendido árbol, ordenó llevarlo a
palacio.
Inmediatamente
ISIS recuperó su apariencia de diosa y sacó el sarcófago del
tronco para llevarlo a Egipto, donde OSIRIS descansaría en tierra
sagrada.
Una
vez en Egipto, ISIS dejó el sarcófago en las marismas del delta,
con la intención de ir a Buto a ver a su pequeño. En el camino una
voz le anunció que SET había encontrado a OSIRIS en las marismas
donde ella lo había escondido y lo había destrozado y había
desperdigado los pedazos de su cuerpo por todas partes.
ISIS
debía encontrarlo antes de volver con su hijo. En su búsqueda iba
dando sepultura a cada parte del cuerpo de su esposo q encontraba y
los hombres construirían templos más tarde en cada uno de esos
lugares. La ciudad de Bubastis, se construiría donde fue enterrada
su columna vertebral. Cuando, más al sur, en Abydos, ISIS encontró
la cabeza de OSIRIS, se pudieron llevar a cabo las honras fúnebres
que le permitirían comenzar su viaje a la
inmortalidad.
Rápidamente
ISIS se dirigió de nuevo a Buto para encargarse de la educación de
HORUS, que una noche mientras dormía, y a pesar de la protección de
la diosa tutelar, fue picado por un escorpión y murió. ISIS
destrozada pidió ayuda a RA y este mandó a TOT a devolverle la vida
al pequeño.
Los
dos continuaron viviendo en Buto, donde nadie sabía de su origen
divino, y allí fue donde HORUS creció preparándose para el día en
que vengaría la muerte de su padre y reclamaría su corona
real.
Al
llegar el momento, como SET también reclamaba la corona, era la
Enéada la que debía decidir. Los dioses, después de mucho tiempo
deliberando, de escuchar las dos partes y el consejo de NEITH la
madre divina, pensaron en dar a HORUS la corona de su padre, pero
ATUM-RA que presidía el tribunal dudó de HORUS por su juventud. Así
que años después, el juicio continuaba con los argumentos y las
luchas cuerpo a cuerpo entre los oponentes, en las que HORUS fue
mutilado y SET perdió un ojo. TOT curó sus heridas y decidió que
la solución era contactar con OSIRIS en el país de los muertos,
donde reinaba, para que este les ayudase a decidir.
La
respuesta de OSIRIS, reprochando a los dioses por el mal trato dado a
su hijo e increpándoles a actuar con justicia entregándole la
corona, puso fin al pleito.
HORUS
fue coronado como merecía, con la corona blanca como símbolo de
soberanía sobre todo Egipto y con el disco de oro que simbolizaba su
victoria sobre SET, que terminó inclinándose ante él y aceptando
su soberanía.
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