BIOGRAFÍA
Agustín Millares
Sall nació el 30 de junio de 1917 en Las Palmas de Gran Canaria en el seno de
una familia muy comprometida con la cultura. Hijo del poeta Juan Millares Carló
y hermano de los pintores Manolo Millares y Eduardo Millares, del poeta José María Millares Sall, del timplista Totoyo
Millares y de la pintora indigenista Jane Millares Sall.
Estudió Bachillerato
en el Instituto
Pérez Galdós, donde será alumno del escritor de
vanguardia
Agustín Espinosa. Tras finalizar los estudios
se dispone a viajar a Madrid para estudiar Filosofía y Letras, pero la Guerra Civil española se lo impidió.
De formación
prácticamente autodidacta, pronto se aproximó a las
corrientes progresistas de la década de 1930. En 1929 publicó su primer
poema, El barco muerto, en el periódico La Voz Obrera y años más
tarde, en 1932,
se afilia al Partido Comunista, lo que traerá enormes
problemas durante la Guerra Civil Española. Marcha al frente,
tras haber pasado por un campo de concentración y ser desterrado en
Lanzarote
(1938).
En 1941 ingresa como empleado
en la Compañía Transmediterránea, empresa en la
que ocupará diferentes cargos hasta su jubilación. Establece amistad con Juan Manuel Trujillo, quien le publicará
su primer libro de poemas en la recién creada Colección para treinta
bibliófilos. Colabora con Ventura Doreste en las
tareas editoriales de la colección Cuadernos de Poesía y Crítica
publicada por Juan Manuel Trujillo (1946).
NO VALE
Te digo que no
vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.
Te digo que no
vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: aquí no hay sangre.
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: aquí no hay sangre.
Te digo que no
vale
que el gris siempre se salga con la suya,
que el negro se desmande
y diga “cruz y raya” al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir “no sabía”, “estoy al margen”,
“vivo en mi torre, solo y no sé nada”.
Te digo y te repito que no vale.
que el gris siempre se salga con la suya,
que el negro se desmande
y diga “cruz y raya” al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir “no sabía”, “estoy al margen”,
“vivo en mi torre, solo y no sé nada”.
Te digo y te repito que no vale.
Yo poeta declaro que escribir poesía
es decir el estado verdadero del hombre
es cantar la verdad es llamar por su nombre
al demonio que ejerce la maldad noche y día.
El poeta es el grito que libera la tierra
la primera montaña que divisa la aurora
la campana que toca la canción de la hora
el primer corazón que lastima la guerra.
Colocado en vanguardia sin que nunca desate
su unidad con los pueblos su visión del conjunto
el poeta es el hombre que primero está a punto
para hacerse con bríos a la mar del combate.
El poeta es el pueblo que a morir se resiste
en la súbita noche donde todo se olvida.
Donde no hay libertad no hay poeta con vida.
Ningún pájaro vuela donde el aire no existe.
Yo poeta declaro que la cólera es una
cuando hay algo que atenta contra el sol que nos guía.
Languidece el poeta si la tierra se enfría
cuando no hay corazón ni justicia ninguna.
Yo poeta declaro que en el duro camino
del tiempo el poeta se halla siempre un hermano.
Yo poeta declaro que el poeta es humano
aunque a veces nos haga presentir lo divino.
La estrella y el corazón, 1949.
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